Duelo y Separación
Perder a alguien o algo que queremos duele. Y duele mucho. Es un dolor que quiebra todo, como si se abriera una grieta enorme bajo tus pies y tambalea todo lo que creías saber de ti, de los demás, del mundo…Duele respirar, duele levantarse por las mañana, duele dormir, comer, hablar. Duele el cuerpo y el alma. Duele la vida.
Cuando oímos la palabra duelo, lo primero que viene a nuestra mente es la muerte. El fallecimiento de un ser querido es una de las experiencias más devastadora, estresante y dolorosa que ha de afrontar un ser humano. Pero un duelo no solo aparece cuando ha fallecido un ser querido. Aparece cuando nos unía un vínculo emocional con lo que se ha perdido y su pérdida es irremplazable. Sea cual sea la pérdida, en todas aparecen emociones y sentimientos comunes, la diferencia está en su intensidad y en la capacidad para aceptar la pérdida.
El duelo es una reacción emocional, adaptativa y humana ante una pérdida importante en nuestra vida. No es trastorno ni una enfermedad, es la respuesta natural para sanar un corazón que se ha roto. Es una experiencia única y personal que cada persona vive de una manera individual.